Fue en el 2002 en un encuentro sobre maquiladora realizado en Tehuacán, que surgió, por decirlo así, la imagen que sería el hilo conductor de los “Monólogos de la Maquila”: un desfile de modas improvisado. La idea de hacer una obra de teatro me anduvo rondando varios años después, pero no fue sino hasta el 2006 que pude concretar cómo abordar el tema de la maquila, sin que se volviese un panfleto o peor aún, un melodrama.
Esto sucedió mientras conviví con los obreros cuando mi hermano estuvo preso* Y fue en ese momento, sobre todo cuando él salió libre, que surgió la necesidad de hacer una obra con la temática de la maquila, un tanto en agradecimiento a los obreros y a todas las voces solidarias que conocí y otro tanto porque pensé que las historias de vida de los obreros y obreras se tenían que contar, lo que se me hizo una necesidad inaplazable. Así, decidí retomar lo del desfile de modas y de pasó, jugar con las presión social que como mujeres vivimos, con aquello de tener que estar delgada en esta sociedad en que ser gorda definitivamente, no está de moda y en la que es muy importante caber en una talla tres.
De este modo, la obra nació desde un principio como un ensamble escénico, para poder hacerla al modo en el que se hace un pantalón (se ensambla). Por otro lado, la forma de abordar el trabajo creativo, sobre todo el actoral, fue desde el trabajo físico, ya que es en el cuerpo en el que mayormente recae el trabajo de los obreros de la maquila (molestias, enfermedades crónicas, incluso la muerte) y de igual forma, en el que se ven los estragos de la moda: anorexia, bulimia, vigorexia, etc. De esta forma, se estableció una premisa de trabajo un tanto extrema, pero que ayudó a definir las sesiones del ensamble: La moda mata.
Vale la pena decir que las partes de la obra, no sólo surgieron del contacto con la gente, sino también de la documentación, siendo el texto fundamental para el estudio: “Del Calzón de Manta a los Blue Jeans“, de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán.
*Mi hermano estuvo preso gracias a Marín y sus compadres maquileros de Tehuacán. Esto, como un ataque a la labor que La Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán ha hecho en la zona durante años.
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